Somos humanos y soñamos con el viaje que nos gustaría hacer, el coche que deseamos, comprar una vivienda, crear una familia, que nos toque la lotería… pero nunca soñamos con lo que ocurriría si uno ya no está. Obviamente el mundo sigue girando, nada se para, el panadero sigue haciendo el pan, la empresa en la que trabajas sigue abriendo, nadie es imprescindible para el mundo. Muchos llorarán nuestra partida, se acordarán al cabo de unos días, quizás también en el cumpleaños, pero al final los grandes damnificados de una pérdida es la familia.
Esa familia que te considera un pilar insustituible en su vida. Ellos son los verdaderos damnificados cuando ocurre una pérdida. Son ellos quienes sienten el vacío, quienes deben seguir adelante con el peso emocional y también el peso económico.
Por eso quiero llamar a la reflexión en este punto a todos.
¿Qué ocurriría si mañana desapareces? ¿Qué futuro se le presenta a tu familia? Aquí algunas reflexiones:
- ¿Podría tu pareja mantener el mismo nivel de vida?
- ¿Tus hijos seguirían con sus clases de inglés, música o deporte?
- ¿Podrían hacer ese viaje de fin de curso que tanto esperan?
- ¿Tendrían los medios para estudiar una carrera universitaria?
- Y si no falleces, pero sufres una invalidez que te impide trabajar ¿Cómo afrontarías tú sol@ esa situación?
Decía John Lennon «La vida es todo aquello que pasa mientras hacemos otros planes” Y como no podemos protegernos de todo lo que ocurre en la vida, debemos analizar nuestra situación, hacer una pequeña reflexión y planificar aquello que no podemos controlar.
El seguro de vida es la llave para la estabilidad de tu familia
En esa planificación, el seguro de vida es la llave a una estabilidad para tu familia, es dejar un legado ordenado.
Es una herramienta financiera que aporta tranquilidad y estabilidad para tí y los tuyos. Se trata de un acto de amor al pensar en el bienestar de los que más aprecias y un respaldo para seguir cumpliendo planes. Esos planes de los que eres parte y con los que sueñas para los más cercanos.
Eso es el seguro de vida, es un acto de buena planificación, porque no hacerlo es un error. Significaría ponerle techo a los sueños y los planes de los tuyos. Es una forma de demostrar a los que más quieres, que te has preocupado por su tranquilidad, seguridad y estabilidad.
¿Cuándo contratar un seguro de vida?
El seguro de vida lo vinculamos muchas veces con la hipoteca y en ese caso no lo podemos considerar un acto de planificación familiar. ¿Por qué? El beneficiario del seguro es la entidad bancaria que presta el dinero, por tanto, quien ha planificado en este caso es el Banco.
Indicamos algunas situaciones que recomiendan la contratación de un seguro de vida:
- Cuando tienes personas que dependen de ti económicamente, padres mayores o cualquier persona con dependencia de tus ingresos.
- Al formar una familia.
- Al adquirir una hipoteca o préstamo importante.
- Si eres autónomo o empresario.
Muchos responderán que ni tienen familia, ni hipoteca, ni son empresarios, que ellos no tienen familia y no necesitan dejar nada a nadie, pero ¿qué ocurriría si sufres una invalidez? Eso tiene consecuencias:
- Impacto emocional y psicológico.
- Consecuencias laborales, imposibilidad de ejercer tu profesión habitual e incluso ningún tipo de trabajo remunerado.
- Gran impacto económico, pérdida de ingresos, aumentos de gastos médicos, rehabilitación, cuidadores…
¿Estamos preparados para afrontar esa situación? Seguro que necesitaríamos ayuda, ese es el apoyo que aporta el seguro de vida.
¿Qué coberturas tiene el seguro de vida?
Analizamos a continuación las principales coberturas que vamos a encontrar en un seguro de vida:
- Fallecimiento por cualquier causa: Garantiza el pago del capital asegurado a los beneficiarios en caso de fallecimiento del asegurado, sin importar la causa.
- Fallecimiento por accidente: Otorga un capital adicional si fallece a consecuencia directa de un accidente.
- Fallecimiento por accidente de circulación: Se paga un capital adicional si el fallecimiento ocurre en accidente de tráfico, ya seas conductor, pasajero o peatón.
- Incapacidad permanente y absoluta: Cubre cuando el asegurado se le impide realizar cualquier tipo de trabajo.
- Incapacidad permanente total: Cuando el asegurado no puede ejercer su profesión habitual, pero puede realizar otros trabajos.
¿Conocías las coberturas? ¿Sabías diferenciar incapacidad permanente y absoluta de incapacidad permanente total? ¿No sabes qué coberturas escoger o por qué capitales decidirte?
Si tú tienes tiempo para planificar, en Gexbrok tenemos las respuestas a tus preguntas. Solicítanos información sin compromiso.
Diego Céspedes, Experto en seguros de vida en Gexbrok.

